El tianguis y su color

Uno de los espacios comerciales típicos de México es el Tianguis del náhuatl tianquiztli 'mercado' es el mercado tradicional que ha existido en Mesoamérica desde época prehispánica, y que ha ido evolucionando en forma y contexto social a lo largo de los siglos, se caracterizan por ubicarse de manera semi fija en calles y dias designados por uso y costumbre, variando éstos en cada población, en los que la comunidad local adquiere diversos productos, desde alimentos y ropa, hasta electrodomésticos.

Se dice que el tianguis más grande de Latinoamérica se encuentra en la colonia San Felipe de Jesús en la delegación Gustavo A. Madero, al norte de la Ciudad de México. Por su enorme dimensión destaca también el tianguis El Baratillo, en Guadalajara, Jalisco. Otros de los tianguis más populares y grandes son el del barrio de Tepito del D.F, San Juan entre Neza e Iztapalapa, el de autopartes y chácharas de El salado, el de ropa en San Martin Texmelucan y el tianguis artesanal de Tonalá, Jalisco.

El tianguis es un aspecto muy importante dentro de la cultura popular mexicana, ya que forma parte del imaginario colectivo de gran parte de la población; el tianguis es una apropiación espacial temporal de un conjunto de calles para el comercio, pero que va mas allá de la mera transacción comercial, es toda una experiencia cultural, 

caminar despreocupadamente una mañana de domingo por el puro placer de caminar, es el culto a la diversidad, es la señora de rostro arrugado vendiendo sus últimas posesiones, es disfrutar escuchando los reclamos de vendedores y vendedoras, es el chamaco dormido sobre la pila de ropa que su mamá trajo para vender, es el caos perfectamente organizado, es la cultura del reciclaje obligado llevada a sus últimas consecuencias, es la explosión de colores, sabores y olores, es la plática pausada con el librero de viejo, es el billete que constantemente cambia de mano, es la máxima expresión de la tolerancia, es un mundo donde caben muchos mundos, es un laberinto donde uno se siente atrapado con gusto. Es, en definitiva, la vida a la mexicana.

Para quienes hemos crecido en entornos populares, en los barrios periféricos de la ciudad de México, la experiencia del tianguis es vasta, ya que para muchos es un espacio en el cual se gana la vida día a día, un espacio de socialización donde convergen grandes cantidades de población de distintos orígenes, donde familias enteras han vivido y varías generaciones han transcurrido, pero el puesto sigue estando ahi, y el marchante también. 

En varias ocasiones me he desplazado por los pasillos del tianguis del lugar donde crecí, en ciudad Neza después de algunos años y tal parece que el tiempo no ha pasado y que todo sigue estando tal y como lo vi la última ocasión, y los recuerdos viene a mi mente al retornar a las raices del lugar donde viví. 

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