Los paraísos fiscales: las cuevas de ali babá

Si Alí Babá viviera en nuestros días no necesitaría esconder el producto de sus latrocinios en una apartada cueva de la montaña. Le bastaría con acudir a uno de los numerosos paraísos fiscales del planeta, sin necesidad de decir siquiera ¡Ábrete Sésamo!, y aunque se presentara con una pata de palo, un parche en el ojo, un loro sobre uno de sus hombros y un cofre lleno de monedas de oro sobre el otro, sería recibido por solícitos y atildados banqueros con los brazos abiertos y con todos los honores debidos a tan respetable caballero. 
Porque así es como funcionan los paraísos fiscales, esos países y territorios de escasa o baja tributación fiscal, cuyas entidades bancarias acogen gustosamente y sin preguntas engorrosas el dinero de la evasión fiscal, del tráfico de drogas, de la trata de blancas, del tráfico de armas, de la corrupción política, etc, ofreciendo con las palabras ¡Secreto Bancario!, una protección mucho más efectiva y segura al dinero sucio que con la anticuada y vulnerable fórmula del ¡Ábrete Sésamo! algunos de los ejemplos más conocidos son las islas caimán, curaçao, Suiza, Mónaco, Macao, entre otros.


Los paraísos fiscales aplican una exención de impuestos con la intención de atraer divisas extranjeras para fortalecer su economía. En su mayoría se trata de pequeños países que cuentan con pocos recursos naturales y que difícilmente podrían subsistir de no ser por la boyante "industria financiera" que crece a la sombra de los capitales extranjeros, la mayor parte de ellos son islas ubicadas en las pequeñas Antillas, aunque tambien se ubican en otros continentes como lo muestra el siguiente mapa.


Un paraíso fiscal es un país que exime del pago de impuestos a los inversores extranjeros que mantienen cuentas bancarias o constituyen sociedades en su territorio. Típicamente conviven dos sistemas fiscales diferentes. Mientras los ciudadanos y empresas residentes en el propio país están obligados al pago de sus impuestos como en cualquier otro lugar del mundo, los extranjeros gozan en la mayoría de los casos una exención total, o al menos de una reducción considerable de los impuestos que deben pagar. Esto es así siempre y cuando no realicen negocios dentro del propio paraíso fiscal.

En el lenguaje financiero se le llama offshore a cualquier actividad económica o inversión que se realiza fuera del propio país de residencia que ofrezca determinadas ventajas respecto al lugar de origen. En estas condiciones se desarrollan los paraísos fiscales, que debido a la connotación peyorativa de dicho término  se autodenominan centros financieros offshore. 

Muchos de ellos (aunque no todos) están situados en lejanas islas o territorios de ultramar, lo que le da realce a la definición original (offshore-alejado de la costa). En cualquier caso, independientemente de que se hallen situados en el mar o no , todos estos territorios constituyen autenticas "islas fiscales".

Veamos un supuesto práctico que ayudará a la mejor comprensión de lo expuesto hasta ahora:
Un ciudadano español decide abrir una cuenta bancaria en el extranjero, para realizar algunas inversiones. Si eligiera Panamá para este propósito, estaremos hablando de una cuenta bancaria offshore, y la inversión que realizará posteriormente será definitivamente de carácter extraterritorial. 

Por el contrario, si decidiera abrir su cuenta en Francia, no se consideraría una operación extraterritorial. Francia, pese a tratarse de otro país, tiene un sistema fiscal similar al español y al ser un país miembro de la Unión Europea cuenta con diferentes tratados de colaboración e intercambio de información con España. 

La persona de nuestro ejemplo no obtendría ninguna ventaja especial por abrir su cuenta en Francia y desde luego la confidencialidad de su depósito podría verse también seriamente comprometida.

existen numerosos territorios que de alguna u otra manera ofrecen ventajas al inversor extranjero. Estas no siempre tienen que ser de carácter fiscal. 
Países como Suiza o Letonia, se han destacado, por ejemplo, por sus estrictas leyes de secreto bancario. Otro ejemplo es Irlanda, que ofrece importantes beneficios fiscales. 
De este modo, muchos inversores aprovechan resquicios legales y características especiales de algunos países considerados onshore, para utilizarlos como si fueran auténticas jurisdicciones offshore.
En México aún se recuerda que Raúl Salinas de Gortari y su esposa tenias cuentas en Suiza que sumaban 105 millones de dólares, y el ex-presidente Carlos Salinas al terminar su sexenio se fue exilió casualmente en Dublin, Irlanda. Personajes como Carlos Cabal Peniche, Roberto Hernández, Carlos Slim y  El Chapo Guzmán también deben de tener sus cuentas distribuidas en algunos de estos paraísos fiscales a los cuales se puede canalizar importantes sumas de dinero con el propósito de evadir al fisco y a la justicia (http://www.jornada.unam.mx/2009/04/06/opinion/016a2pol).
Para mayor información acerca de los paraísos fiscales se puede consultar la siguiente página: http://www.paraisos-fiscales.info/


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