La enseñanza de la Geografía

Cuando era estudiante no creí que fuera a dar clases, no creí que sería profesor, sin embargo el destino me ha llevado por los caminos de la docencia la cual es una de las actividades que más plenitud le ha dado a mi vida, es cierto que dar clases es algo así como una sinfonía agridulce, difícil por la labor que tenemos al enseñar a mentes aún moldeables pero que en determinados momentos cerradas ante los prejuicios de nuestra carrera, la Geografía; dulce por la satisfacción de brindar conocimiento a tantos alumnos y que una parte de ti se queda en ellos, y quizás siendo idealistas ver que con lo que tu enseñaste ayudaste a cambiar el país, un entorno, y eso, eso no te lo quita nadie.

Al comenzar a dar clases me base en el geografo radical Piotr Kropotkin en un escrito titulado "lo que la Geografía debe ser" y vi en el una linea a seguir: "La geografía debe enseñar que todos estamos hermanados cualquiera que sea nuestra nacionalidad...debe de ayudar a disipar los prejuicios entre naciones, y contribuir al mejor conocimiento de cada una de ellas por que es la ignorancia sobre los otros la raíz del prejuicio." 

A la par trate de quitar ese estereotipo o prejuicio de que la geografía es aburrida y que no sirve, se que quizás no lo logre en su totalidad, pero por lo menos hice que las alumnas vieran a la geografía de otra manera. como en cierta ocasión me comentaron: "cuando llegó no me gustaba la geografía, y aún no me gusta, pero creo que si aprendí mucho la importancia de la geografía".

Mención aparte merece el lugar donde impartí clases la Villa de las niñas, un lugar donde aprendí muchísimo acerca de la enseñanza, pero sobre todo del contacto con las alumnas y el crisol social de los lugares de donde venían, hay que tener sensibilidad para comprender cada una de las situaciones por las que pasan como la pobreza; de esa manera a través de ellas puse en practica una máxima oriental "el maestro aprende del alumno" y de esas niñas aprendí muchas cosas, la tolerancia, la humildad, y sobre todo muuucha paciencia, por que no todos los eres humanos somos iguales y como bien dice el dicho "no soy monedita de oro pa' caerle bien a todos", ya que habia alumnas un poco difíciles. 




Siempre habrá alumnos buenos y otros "regulares", yo no quise poner la etiqueta de malos aunque aveces daban ganas, porque todos somos producto de las circunstancias y el medio en el que nos desenvolvemos, así que trate en lo más de lo posible "llevar la fiesta en paz" con los conflictos y alentar a las que quizás no eran muy diestras a seguir adelante, y por mi parte hacer una mejora continua de lo que hacía.

Bueno guardo gratos recuerdos de mi experiencia como profesor e insto a los demás colegas a que se esmeren para que la Geografía no sea una metería de "aburrimiento" o de relleno como le llaman algunos alumnos, sino hacer de nuestra carrera algo interesante, agradable y llevadero, por que por medio de ese conocimiento podemos transformar nuestro entorno y nuestro país, por medio del conocimiento geográfico.



Comentarios

  1. que interesante articulo, colega Hugo, la verdad yo no eh tenido la oportunidad de dar clases, pero en algún momento en algún lugar no descarto esa a alocada idea, ya que como mencionas es de mucha paciencia y aveces peco de no tenerla.

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    1. En efecto, al principio lidias mucho con los alumnos ya que muchos no saben o no quieren saber, nunca hace falta el chistoso, el que se duerme, el guerroso, el que no hace nada, pero poco a poco vas midiendo tu carácter y te vas imponiendo a ellos, aunque aveces si te saquen de tus casillas, pero la paciencia se va adquiriendo con la práctica.

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