montaña de Guerrero



La región de La Montaña es una de las siete regiones que conforman el estado de Guerrero, al sur de México. Corresponde a la porción de La mixteca que forma parte del territorio guerrerense.




La región de La Montaña ha sido catalogada como una de las zonas más marginadas y de pobreza extrema en México. La mayoría de sus habitantes pertenecen a grupos indígenas de diferentes etnias y lenguas. Tiene un alto índice de analfabetismo y muestra carencias en servicios públicos básicos, infraestructura carretera y seguridad pública. La mayoría de sus accesos son por caminos de terracería, y algunos de ellos, en temporada de lluvias, son inaccesibles, al quedar incomunicados por varios días.





La principal localidad de la región es Tlapa de Comonfort La ciudad de Tlapa de Comonfort se encuentra comunicada vía terrestre por la Carretera Federal 93 que atraviesa la ciudad y comunica en el estado a la ciudad capital Chilpancingo con Xochihuehuetlán, ésta última cercana a la frontera con el estado de Puebla.



La migración temporal es un problema frecuente, ya que muchas familias se ven obligadas a trabajar en las pizcas en Sinaloa y Baja California por salarios bajos hasta cuatro meses. muchos no tienen alternativa, ya que las condiciones de vida y la escasez de trabajo en la región acentúan la situación.



Desnutrición y muerte por enfermedades curables predominan en la Montaña de Guerrero. Las chozas improvisadas como escuelas son abandonadas por los maestros que no se resignan a la maldición de vivir en la zona más pobre del país. Las mujeres parturientas mueren en las agrestes brechas antes de llegar al hospital más cercano. 



Es Cochoapa El Grande, el “subsahara mexicano” que Vicente Fox prometió sacar del atraso y al que ni una promesa cumplió. seis años más tarde Calderón visitó Metlatonoc con la misma promesa y nada se ha mejorado.

En los pueblos montañeros nadie habla por sí mismo ni para beneficio particular. Todos están de acuerdo en lo que necesitan y cualquiera puede decir a los visitantes sus principales carencias, pero no hablan hasta “hacer reunión”. El comisario Modesto Esteva Cano inicia la exposición que termina en interminables diálogos, donde por momentos todos hablan atropelladamente.

En estas comunidades, cercadas por ríos que en época de lluvias no les permite salir, no hay agua potable. Carecen de casa de salud y reciben la visita de un médico cada 15 días. Denuncian que los maestros sólo dan clases tres días consecutivos y luego se ausentan por 15 o 20, no cuentan con biblioteca. A estos pueblos sí llegan, aunque irregularmente, los programas de la Secretaría de Desarrollo Social. las mujeres reciben 290 pesos cada dos meses del programa Oportunidades




Luego de un sexenio de promesas, estas comunidades siguen encabezando la lista de las más pobres del país. Los nu’saavi de la Montaña se sienten defraudados porque poco o nada se cumplió. Ya eran las más pobres del país cuando pertenecían al municipio de Metlatónoc. Ahora que son parte de Cochoapa El Grande también encabezan la lista de las paupérrimas del país, según el Índice de Desarrollo Humano del Consejo Nacional de Población.


El territorio de Cochoapa El Grande es de 690 kilómetros cuadrados a una altitud promedio de mil 605 metros sobre el nivel del mar. Lo habitan 15 mil 600 personas distribuidas en 120 comunidades; el 76 por ciento de la población mayor de 15 años es analfabeta; el 94 por ciento de las viviendas no cuenta con drenaje; el 61 no tiene energía eléctrica y el 87 por ciento de las familias obtiene ingresos inferiores a los dos salarios mínimos.Los paupérrimos pueblos de la Montaña de Guerrero agonizan sin derecho a salud, educación ni alimentación; mucho menos a justicia, vivienda digna o vestido. Para ellos no hay instituciones ni programas que los incorporen a los servicios que supuestamente garantiza la Constitución a todos los mexicanos.

“El problema histórico de la Montaña es esta pobreza tan profunda que está en el corazón de los pueblos como si fuera una segunda naturaleza. Cuando decimos montañero, pensamos en la persona andrajosa, que lleva más de una semana sin poder bañarse, que no sabe qué es comer una pierna de pollo. Esto en lugar de revertirse se va profundizando. La gente se va ahogando en la pobreza, en el olvido, en la discriminación, en la violencia.

“Eso en realidad es un drama que en pleno siglo XXI no es tolerable en nuestro país pero que desgraciadamente no se está revirtiendo. La descomposición, empobrecimiento y deshumanización es lo que florece en esta escarpada Montaña.”

fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2011/02/20/index.php?section=sociedad&article=038n1soc
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